Imagine un mundo sin fútbol. Parece difícil, dado que en muchos países, el fútbol es parte de la cultura popular que moviliza personas y dinero, crea satisfacciones, genera tristeza, matiza conflictos entre países. El fútbol es el deporte más popular del mundo no solo por sus practicantes sino también por sus espectadores.
Si un no terrestre, o un viajante del pasado antes del siglo XIX, tuviera la oportunidad de ver un juego de fútbol durante un mundial, quedaría extrañado de la simpleza de un juego de 11 contra 11 y una bola. Pero rápidamente iría a percibir que hay reglas, que hay un árbitro central y sus auxiliares que intentan que el juego sea en lo posible justo, mientras desde las tribunas, personas alientan de mil formas a sus equipos durante 90 minutos. Intentaría buscar una lógica a los varios conceptos y cifras que se desprenden del deporte, desde las dimensiones de la cancha y sus zonas, hasta el número de cambios permitidos, la secuencia de dos tiempos, el tamaño de la bola, el tipo de gramado, etc.
Pero es curioso también, por ejemplo, mirar un ranking de la Fifa, donde la lista de países en los 30 primeros lugares contrasta con la lista de los países que más gastan, creando un clima de súper potencias distinto al orden económico. Así, en el fútbol, Sudamérica representa lo que Europa es para la economía del mundo.
Este 15 de Junio se dará inicio a la copa de Confederaciones como previa del próximo mundial a celebrarse en Brasil. Entonces muchos entusiasmos se activarán, como los creados en 2010, con esta canción de K’Naan, Wavin’ Flag que aunque no fue el himno oficial de la competición, tuvo más repercusión mundial por las diferentes versiones grabadas en diferentes idiomas.
Precisamente, una de estas versiones, la egipcia, con la extraordinaria Nancy Ajram, inspiró una revolución en 2011, pero eso es parte de otra historia.
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