El dedo pulgar es realmente un dedo interesante y desde un punto de vista antropológico e histórico nos ha permitido diferenciarnos de otros primates a través de un largo camino evolutivo.
Es también un dedo símbolo occidental: cuando está hacia arriba, de aprobación, de algo positivo, y cuando está hacia debajo de desaprobación, de algo negativo.
El pulgar es también muy simpático en el famoso truco de los magos iniciantes que lo desaparecen.
El pulgar fue diseñado para ser la parte que permite tener estabilidad y sostener cosas con las manos como un vaso o un lápiz, Por eso el “gordito”, como puede ser llamado coloquialmente, es realmente un dedo muy valorado por las compañías de seguro si tenemos un accidente de trabajo en comparación con otros dedos.
Sin embargo, los pulgares no son dedos ágiles o especializados, aunque simbólicos, importantes y fortachones, los pulgares tenían todas las condiciones de un buen actor secundario que da apoyo y soporte para los otros 8 dedos. Siempre fue así.
Pero sucedió algo inesperado en contra de los millones de años de evolución y de la anatomía.
El uso del pulgar en los Smartphone para mandar mensajes de los 90 's en el siglo pasado. Nunca este importante actor había sido promovido para el rol principal. Este escenario de contra corriente con la naturaleza ya causa preocupaciones como el llamado Síndrome del Pulgar del Blackberry.
Si como consecuencia de este simple y rápido cambio no comparable a ninguno que el homo sapiens registre, un nuevo homus pollicaris surgiese, la humanidad estaría frente a una auténtica revolución.
En tanto yo seguiré prefiriendo el mágico uso del pulgar al rasgar las cuerdas de una guitarra en armonía con sus amigos como en esta fantástica interpretación de George Harrison en el The Concert for Bangladesh de My Sweet my Lord.
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